
Atenas es una capital llena de vida que ofrece sensaciones únicas y especiales.
Quienes decidan descubrir cada uno de sus rincones quedarán fascinados por su arqueología y su historia, pero también se sorprenderán por los numerosos locales nocturnos ideales para quienes quieran divertirse.
Los estupendos monumentos de Atenas se remontan a épocas lejanas y se alternan con la modernidad de los edificios de sus barrios de moda. Atenas tiene el privilegio de no parecerse a ninguna otra ciudad de Grecia y es la mezcla perfecta de gran ciudad y ambiente pueblerino.
¿No estás seguro de qué visitar en un fin de semana de 2, 3 ó 4 días en Atenas? Empieza con una visita a la Acrópolis, el Museo Arqueológico Nacional y el cercano barrio de Thisio, de aspecto neoclásico, lleno de cafés, tabernas tradicionales y clubes de moda, desde donde podrás disfrutar de una maravillosa vista del Partenón, especialmente al atardecer.
Si sólo dispones de dos días para visitar Atenas, quizá de regreso o de camino a una de las muchas e inolvidables islas griegas, te será muy útil tener un itinerario en mente.
El primer día, una visita a la Acrópolis y al Museo de la Acrópolis es sin duda imprescindible, quizás llegando a ellos paseando por las bulliciosas calles de Plaka.
Por la tarde, para entretenerte un poco, no te pierdas una visita al mercadillo de Monastiraki. Tras un día dedicado a la cultura y las compras, nada mejor que descansar en uno de los muchos cafés o restaurantes de Thisio, donde podrás quedarte hasta tarde y saborear la auténtica Grecia.
El segundo día puedes dirigirte a la plaza Syntagma para asistir a la ceremonia del Cambio de Guardia y de allí al Templo de Zeus y al Estadio Panatinoico, un imponente monumento en forma de herradura construido enteramente en mármol blanco. Por la noche, puedes relajarte cenando en el barrio de Psiri u optar por el barrio más moderno y de moda de Atenas, Gazi.
Si tienes unos días más y pasas un fin de semana largo en Atenas, además de los destinos imprescindibles recomendados para el itinerario de dos días, puedes seguir sumergiéndote en la historia griega antigua visitando el Museo de Arte Cicládico, ubicado en una villa en el corazón de Atenas, cerca de la plaza Kolonaki.
A continuación, dirígete al Museo Bizantino y Cristiano, uno de los museos internacionales más importantes sobre arte y cultura bizantinos y postbizantinos, con una colección de más de 25.000 objetos. Desde allí, puedes ir a la Galería Nacional, donde se albergan más de 20.000 objetos de arte, entre pinturas, esculturas y grabados, que abarcan desde el periodo postbizantino hasta nuestros días. También posee una notable colección de pinturas de Europa Occidental.
Quienes no deseen hacer una inmersión completa en los museos pueden sentirse fascinados por la elegante zona comercial de Kolonaki, popular entre atenienses y no atenienses.
Para llegar a este triángulo de museos y tiendas puedes tomar la línea 3 de metro y bajarte en la estación de Anunciación o Syntagma, o tomar la línea 2 y bajarte en Constitución. Muchos autobuses prestan servicio en la zona: A5, E6, E7, X14, 054, 200, 203, 204, 220, 221, 224, 235, 408, 608, 622, 732, 815.
Al atardecer, puedes admirar Atenas y la Acrópolis desde la colina de Licabeto, un pulmón verde en el corazón de la ciudad al que se puede llegar en funicular, a sólo 3 minutos, o en coche o a pie, en cuyo caso son 35 minutos a pie. En la cima de la colina, la más alta de Atenas, hay también un moderno anfiteatro de 3.000 localidades donde se celebran conciertos, actos culturales y obras de teatro durante todo el año.
Tras visitar las principales atracciones en los días anteriores, el cuarto día puedes aventurarte fuera de Atenas y llegar al cabo Sunio, en el extremo de la península del Ática, donde se encuentra el templo dórico de Poseidón. A sólo una hora en coche del corazón cosmopolita y palpitante de Grecia se encuentra este lugar mágico y tranquilo que ofrece una de las más bellas puestas de sol helénicas, a la altura de Santorini. El resto lo hará el templo con su magnífica vista del mar Egeo.
De vuelta a Atenas, te recomendamos que pases la noche escuchando música rebetika, una melodía nacida del encuentro entre la música griega y la turca, en un club de Psiri.