
La cocina griega es uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea, reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Un viaje a Grecia no puede estar completo sin probar sus platos tradicionales, cuyas recetas se han transmitido de generación en generación y cuentan la historia de este fascinante país.
Durante tu estancia en suelo griego, descubrirás que la gastronomía griega se basa en ingredientes sencillos pero de gran calidad: aceite de oliva virgen extra, verduras frescas, hierbas aromáticas, quesos locales, pescado fresco y carne preparada según antiguas tradiciones. Cada región del país cuenta con sus propias especialidades culinarias, lo que convierte cada etapa de tu viaje en una experiencia gastronómica única.
En este artículo, te guiaremos a través de los platos imperdibles de la cocina griega, desde las famosas especialidades nacionales hasta preparaciones menos conocidas pero igualmente deliciosas. Te proporcionaremos información sobre su historia, los ingredientes principales y los mejores lugares para degustarlos, para convertir tu viaje en una auténtica aventura de sabores.

Los mezedes representan la esencia de la convivencia griega: pequeños platos para compartir que anticipan la comida principal o se convierten en una forma de cenar por sí mismos.
El tzatziki es probablemente una de las recetas griegas más conocidas internacionalmente. Esta salsa fresca y cremosa se prepara con yogur griego espeso, pepinos rallados, ajo, aceite de oliva, vinagre y eneldo. Tradicionalmente servido como aperitivo o acompañamiento, el tzatziki tiene orígenes antiguos que se remontan a la época bizantina.
Para disfrutar de un auténtico tzatziki, asegúrate de que esté hecho con auténtico yogur griego, que es bastante más espeso y cremoso que el yogur normal. Los griegos lo sirven frío, a menudo como parte de un surtido de mezedes (aperitivos) para compartir, acompañado de pan de pita caliente.
La taramosalata es una crema salada hecha con huevas de pescado (tarama), pan remojado, aceite de oliva, limón y cebolla. Su característico color rosa pálido y su sabor delicadamente salado la convierten en un entrante popular, sobre todo en los restaurantes costeros.
Este plato tiene sus raíces en las tradiciones culinarias de las comunidades pesqueras griegas, donde era una forma inteligente de utilizar las valiosas huevas de pescado. Hoy se sirve principalmente como parte de mezedes, untado en pan o acompañado de verduras crudas.
Los dolmades son rollitos de hoja de parra rellenos de arroz, cebolla, eneldo, menta y especias. Esta preparación, cuya historia se remonta a miles de años, refleja las influencias otomanas en la cocina griega y se encuentra en variaciones similares en todo el Mediterráneo oriental.
Los dolmades se sirven como entrante frío, aliñados con aceite de oliva y limón, o como plato principal caliente, a menudo acompañados de una salsa de huevo y limón llamada avgolemono. En las tabernas tradicionales, puedes encontrarlos elaborados artesanalmente según recetas familiares transmitidas de generación en generación.
El término saganaki se refiere al método de cocción en una pequeña sartén de dos asas llamada «sagani». El más famoso es el saganaki de queso, preparado con quesos griegos duros como el kefalograviera, el graviera o el halloumi, enharinados y fritos hasta conseguir una corteza dorada y un interior blando y fibroso.
En algunas tabernas, el saganaki se flambea en la mesa con un chorrito de brandy y se sirve con un chorrito de limón fresco, creando un momento teatral que enriquece la experiencia gastronómica. Este entrante caliente debe comerse inmediatamente, cuando el contraste entre el exterior crujiente y el interior blando es más delicioso.
La Spanakopita es un sabroso pastel de masa filo relleno de espinacas, cebollas, queso feta, huevos y hierbas. Este plato representa a la perfección el hábil uso de los ingredientes locales en la cocina griega, combinando verduras frescas con queso feta, uno de los símbolos gastronómicos del país.
La Spanakopita se prepara en formato grande para cortar en porciones o en porciones individuales triangulares, ideales como tentempié o aperitivo. La masa filo, muy fina y crujiente, se unta con abundante aceite de oliva entre capa y capa, lo que confiere al plato final una textura irresistible.

Las preparaciones frías ocupan un lugar de honor en la gastronomía griega, sobre todo durante los calurosos meses de verano. Estos platos frescos y nutritivos ponen de relieve la calidad de los ingredientes locales y la sencillez de las recetas tradicionales.
La ensalada griega, conocida localmente como horiatiki, es más que una simple guarnición: representa la esencia de la filosofía culinaria griega, basada en la frescura y la calidad de los ingredientes. Compuesta de tomates, pepinos, cebollas rojas, pimientos, aceitunas kalamata y un generoso trozo de queso feta, se aliña simplemente con aceite de oliva virgen extra, orégano y, a veces, una pizca de sal.
A diferencia de las versiones internacionales, la auténtica ensalada griega no contiene lechuga ni otras verduras de hoja. Los tomates deben estar maduros y sabrosos, las aceitunas son necesariamente kalamata (variedad local de aceitunas negras) y el queso feta se sirve en una sola pieza sobre las verduras, no desmenuzado.
Durante los meses de verano, la ensalada griega es una comida ligera y nutritiva, perfecta para contrarrestar el calor mediterráneo. En las tabernas tradicionales se sirve con pan rústico para recoger el sabroso aliño que se forma en el fondo del plato.
La melitzanosalata es una mezcla cremosa de berenjenas asadas mezcladas con ajo, aceite de oliva, limón y, a veces, yogur o mayonesa. Las berenjenas se asan tradicionalmente al carbón, lo que da al plato un característico sabor ahumado que lo distingue de preparaciones similares de otros países mediterráneos.
Este entrante, especialmente popular en las regiones del norte de Grecia, se sirve frío y adornado con perejil fresco, aceitunas negras o pimientos rojos. La melitzanosalata es perfecta untada en pan o como acompañamiento de platos de carne a la parrilla.

El corazón de la cocina griega se expresa en sus platos principales, donde las antiguas tradiciones y las influencias mediterráneas se unen para crear sabores únicos. He aquí las preparaciones más queridas y reconocidas de la gastronomía helénica.
La moussaka es una de las recetas más emblemáticas de la cocina griega en el mundo. Este rico plato a base de berenjenas, salsa de carne picada y bechamel representa el encuentro de las tradiciones culinarias balcánicas y las influencias de Oriente Medio.
Tradicionalmente se prepara alternando capas de berenjenas fritas, una salsa de carne (normalmente cordero o ternera) aromatizada con canela y especias, y una gruesa capa de salsa bechamel que forma una costra dorada al cocerse en el horno. En versiones más elaboradas, también se añaden capas de patatas y calabacines.
Aunque hoy se considera un pilar de la gastronomía nacional, la musaca moderna no fue codificada hasta principios del siglo XX por el famoso cocinero griego Nikolaos Tselementes, que introdujo la bechamel (un elemento de origen francés) para refinar este plato de origen rural.
El souvlaki consiste en trozos de carne (normalmente de cerdo, pero también de pollo o cordero) marinados y cocinados en un espetón. Este método de cocción tiene orígenes muy antiguos, como demuestran las referencias en los textos de Homero y los hallazgos arqueológicos de parrillas y pinchos que datan de la antigua Grecia.
El gyros, en cambio, se prepara con carne adobada (principalmente cerdo o pollo) cocinada en un espetón vertical giratorio. A continuación, la carne se corta en lonchas finas y se sirve de diversas maneras. Ambas preparaciones se suelen ofrecer como «pita-souvlaki» o «pita-gyros»: la carne se envuelve en pan de pita junto con tomates, cebollas, tzatziki y, a veces, patatas fritas.
Estos platos representan la comida rápida tradicional griega y están disponibles en todos los rincones del país, desde las tabernas hasta los puestos callejeros llamados «souvlatzidika». Cada región tiene su propia versión, con diferencias en los adobos y condimentos.
El pastitsio es un plato al horno compuesto de pasta tubular, salsa de carne y bechamel. A menudo llamado «lasaña griega», este plato refleja las influencias italianas en la cocina helénica, al tiempo que mantiene un carácter marcadamente griego debido al uso de especias como la canela y el clavo en la salsa de carne.
La pasta utilizada es tradicionalmente bucatini, dispuesta en una capa uniforme y cubierta primero por el ragú de ternera o cordero y luego por una generosa capa de salsa bechamel. Cuando se cuece en el horno, la superficie se dora, creando un contraste de texturas con el interior suave y sabroso.
El pastitsio es un plato típico de las comidas familiares y celebraciones dominicales, pero también lo encontrarás en los menús de muchas tabernas y restaurantes tradicionales.
Yemista (que significa «relleno» en griego) son verduras rellenas de arroz aromatizado con hierbas. Tradicionalmente, se utilizan tomates, pimientos, berenjenas y calabacines, ahuecados y rellenos de una mezcla de arroz, cebolla, ajo, perejil, menta y abundante aceite de oliva.
Este plato, disponible en versión vegetariana o con la adición de carne picada en el relleno, representa a la perfección la cocina casera griega. Los yemistas se hornean con trozos de patata que absorben los jugos de las verduras mientras se cocinan, creando una deliciosa guarnición.
Plato veraniego por excelencia, los yemistas se encuentran fácilmente en las tabernas familiares durante la temporada de tomates y pimientos. Se sirven a temperatura ambiente o tibios, a menudo acompañados de queso feta fresco y pan para recoger el condimento.
El kokoretsi es una preparación tradicional de despojos de cordero (corazón, pulmones, riñones) ensartados en brochetas y envueltos con intestinos de cordero. Este plato, más popular durante las celebraciones de Pascua pero disponible todo el año en tabernas especializadas, representa la tradición griega de utilizar todas las partes del animal.
Se cocina lentamente en un espetón, a menudo junto al cordero entero durante las barbacoas de Pascua, hasta que el exterior está crujiente y el interior tierno y sabroso. Luego se corta el kokoretsi en rodajas y se sirve con limón y especias.
Aunque pueda resultar una elección atrevida para los visitantes, este plato es muy apreciado por los griegos por su rico sabor y su significado cultural, sobre todo durante la Pascua ortodoxa.

Con más de 13.000 km de costa, Grecia tiene una tradición pesquera que se remonta a miles de años. Las recetas de pescado y marisco son un aspecto fundamental de la dieta mediterránea griega, sobre todo en las islas y las zonas costeras.
El calamar es uno de los platos de marisco más populares de Grecia, y se prepara principalmente de dos formas: a la plancha o frito. La versión más ligera a la plancha consiste en calamares frescos marinados en aceite de oliva, limón y orégano, y luego asados hasta que estén tiernos.
Los calamares fritos (καλαμαράκια τηγανητά – kalamarakia tiganita), en cambio, se enharinan y se sumergen en aceite hirviendo hasta que se doran. En ambos casos, se sirven con gajos de limón fresco y se acompañan de ensalada u otras verduras.
En las tabernas de pescado de la costa griega, los calamares llegan a diario de los pescadores locales, lo que garantiza su frescura y calidad. Los mejores meses para disfrutarlos son los de verano, cuando la pesca es más abundante.
El oktapodaki es pulpo a la parrilla, que suele servirse como meze o aperitivo. La preparación tradicional consiste en golpear largamente el pulpo contra las rocas (ahora sustituido por métodos menos pintorescos pero igualmente eficaces) para ablandarlo, seguido de una lenta cocción a la parrilla con aceite de oliva, vinagre y orégano.
A lo largo de la costa griega, es habitual ver pulpos colgados al sol para que se sequen antes de cocinarlos, un método que ayuda a concentrar su sabor. El pulpo se sirve cortado en trozos, aliñado con aceite de oliva virgen extra, vinagre y orégano, a menudo acompañado de un vaso de ouzo o tsipouro.
El Garides saganaki es un plato de gambas cocidas en salsa de tomate con queso feta. El nombre procede de la pequeña sartén de dos asas (sagani) en la que tradicionalmente se prepara y sirve.
Las gambas se saltean con ajo y guindilla, y luego se cuecen en una salsa de tomates frescos y vino blanco. Antes de terminar la cocción, se añaden dados de queso feta que, al calentarse, se ablandan sin fundirse del todo, creando un contraste de texturas y sabores.
Este plato, relativamente nuevo en la tradición culinaria griega, se ha hecho muy popular en las tabernas de pescado de las zonas costeras y las islas. Se sirve caliente, a menudo con pan para atrapar la sabrosa salsa.

Los postres griegos cuentan historias de encuentros culturales y antiguas tradiciones, con la miel, los frutos secos y la masa filo como protagonistas. La repostería helénica, influida por la tradición otomana, se distingue por su intenso dulzor y sus aromas especiados.
El baklava es un pastel de origen otomano muy extendido por Grecia, hecho de láminas de masa filo en capas, rellenas de frutos secos picados y rociadas con sirope de miel aromatizado. La versión griega se distingue por el uso predominante de miel sobre el jarabe de azúcar y la adición de aromatizantes como canela y clavo.
Cada región griega tiene su propia variante de baklava, que difiere en el tipo de frutos secos utilizados (nueces, pistachos o almendras) y en los aromas añadidos al almíbar. En el norte de Grecia, por ejemplo, son más comunes las nueces, mientras que en las islas se prefieren las almendras.
El baklava se corta en pequeños rombos o cuadrados antes de hornearlo y se sirve como postre o como acompañamiento del café griego. Su textura, crujiente por fuera y blanda por dentro, junto con el dulzor de la miel y el aroma de las especias, lo convierten en una experiencia sensorial completa.
Las Loukoumades son tortitas de masa fermentada bañadas en miel y espolvoreadas con canela. Este dulce, cuyos orígenes se remontan a la antigua Grecia, se servía tradicionalmente como premio a los vencedores de los Juegos Olímpicos.
Se preparan con pequeñas porciones de una masa fluida hecha de harina, levadura y agua, que se fríen en aceite hirviendo hasta que se doran. En cuanto se sacan del aceite, los loukoumades se mojan en sirope de miel caliente y se adornan con canela, nueces picadas o incluso chocolate en versiones más modernas.
Es un pastel callejero muy popular, que se vende en quioscos especializados llamados «loukoumatzidika», y es especialmente popular durante el invierno y en las fiestas tradicionales.
El galaktoboureko es un pastel horneado a base de sémola cocida en leche y envuelto en masa filo, que luego se rocía con sirope aromatizado. El nombre deriva de las palabras griegas «gala» (leche) y turca «börek» (pastel salado), lo que indica las influencias multiétnicas de este postre.
La preparación consiste en una crema espesa de sémola, leche, huevos y vainilla, dispuesta entre capas de pasta filo untadas con mantequilla. Una vez horneado, el postre se rocía con un almíbar frío aromatizado con piel de limón o naranja.
El galaktoboureko se sirve a temperatura ambiente o ligeramente caliente, cortado en porciones rectangulares. Es un postre habitual en las pastelerías griegas tradicionales (zaharoplasteia) y se suele preparar en celebraciones familiares.
El yogur griego no sólo es un ingrediente básico de la cocina helénica, sino también un postre por derecho propio cuando se sirve con miel de tomillo y nueces. El yogur griego tradicional se caracteriza por su textura espesa y cremosa, resultado de un prolongado proceso de fermentación y un escurrido meticuloso del suero.
En las tabernas y restaurantes griegos, se sirve como postre en cuencos de barro, cubierto con miel local (preferiblemente de tomillo o pino, especialmente aromática en las islas griegas) y adornado con nueces u otros frutos secos.
Este postre sencillo pero refinado representa a la perfección la filosofía culinaria griega, basada en unos pocos ingredientes de la máxima calidad. El auténtico yogur griego contiene al menos un 10% de grasa y se elabora con leche de oveja o de cabra en las versiones más tradicionales.

En Grecia, las bebidas no son meros acompañamientos de las comidas, sino auténticas instituciones culturales. Del café al ouzo, cada sorbo relata siglos de tradición y revela el ritmo relajado de la vida cotidiana helénica.
El ouzo es una bebida espirituosa anisada, símbolo de la cultura griega de la convivencia. Producido principalmente en la isla de Lesbos, tradicionalmente se sirve puro o diluido con agua, que transforma su aspecto de transparente a lechoso debido a los aceites esenciales del anís.
Beber ouzo en Grecia es un auténtico ritual social: se sirve en cafés al aire libre (ouzerie) acompañado de pequeños platos de mezedes para compartir en compañía. La degustación se hace lentamente, siguiendo el ritmo relajado de la conversación.
En 2006, la Unión Europea concedió al ouzo la denominación de origen protegida, reconociendo la singularidad del producto griego frente a otras bebidas espirituosas anisadas del Mediterráneo.
La retsina es un vino blanco aromatizado con resina de pino, cuyo origen se remonta a la antigua Grecia, cuando la resina se utilizaba para sellar ánforas de barro. Hoy en día, la resina se añade deliberadamente durante la fermentación, lo que confiere al vino un característico sabor balsámico.
Producida principalmente en la región del Ática, la retsina moderna se elabora sobre todo con uvas de la variedad Savatiano o Rhoditis. Su sabor característico, inicialmente sorprendente para los no iniciados, combina bien con los platos griegos, sobre todo los basados en pescado y marisco.
En las tabernas tradicionales, la retsina se sirve en pequeñas garrafas o vasos sencillos, a menudo ligeramente fríos pero no helados, para apreciar plenamente sus complejos aromas.
El café griego es una bebida que se prepara hirviendo café finamente molido en una pequeña olla de cobre llamada briki. Se sirve en tazas, con los posos de café depositados en el fondo.
Se pide especificando la cantidad de azúcar deseada: «sketos» (sin azúcar), «metrios» (medio dulce) o «glykos» (muy dulce). El ritual de beber café griego es un momento de pausa y socialización, hasta el punto de que antiguamente la gente solía leer el futuro en los posos de café que quedaban en la taza.
Esta tradición, que llegó a Grecia durante el periodo otomano, se ha convertido en parte integrante de la cultura local. En las cafeterías tradicionales (kafenia), el café griego se prepara lentamente y se sirve con un vaso de agua fresca.
El Frappe es un café helado espumoso inventado por casualidad durante la Feria Internacional de Tesalónica en 1957. Se prepara con café instantáneo, agua, azúcar y hielo, y se agita enérgicamente hasta formar una espuma espesa y persistente.
Durante los meses de verano, el frappe es omnipresente en Grecia, desde las cafeterías elegantes hasta los quioscos de la playa. Los griegos lo sorben lentamente, a menudo durante horas, convirtiéndolo en una excusa para largas conversaciones al aire libre.
Hay distintas variantes: con leche («me gala»), sin leche («sketo»), con mucho azúcar («glyko») o poco azúcar («metrio»). La versión moderna implica el uso de agitadores o batidoras eléctricas, pero los puristas siguen prefiriendo el método tradicional con un agitador manual.

La experiencia gastronómica en Grecia está profundamente ligada a los lugares donde se consume la comida. Desde las tabernas tradicionales hasta los restaurantes modernos, cada tipo de establecimiento ofrece una interpretación diferente pero auténtica de la cocina nacional.
Las tabernas son el corazón palpitante de la auténtica gastronomía griega. Estos restaurantes familiares, a menudo regentados por la misma familia durante generaciones, ofrecen un ambiente informal y un menú que cambia según la disponibilidad estacional de ingredientes.
En las tabernas costeras, especializadas en pescado y marisco, es costumbre que los clientes vayan directamente a la cocina a elegir la pesca del día. En las zonas rurales, en cambio, las tabernas sirven principalmente platos locales de carne y verduras.
Una experiencia típica en una taberna griega incluye compartir varios mezedes (entrantes) acompañados de vino local o ouzo, seguidos de un plato principal y, a menudo, terminando con fruta fresca ofrecida por la casa como gesto de hospitalidad (philoxenia).
Las ouzerias son establecimientos especializados en servir ouzo acompañado de una variedad de mezedes. A diferencia de las tabernas, no suelen ofrecer platos principales, sino una secuencia de pequeñas raciones destinadas a acompañar la bebida.
Estos establecimientos son una institución social en Grecia, lugares donde la gente se reúne para conversar, discutir de política o simplemente ver pasar la vida, todo ello siguiendo el ritmo lento que dicta la degustación del ouzo.
Las mejores ouzerias se encuentran en la isla de Lesbos (cuna del ouzo), en Salónica y en los barrios más tradicionales de Atenas, como Plaka y Psiri.
Las psistarias son restaurantes especializados en carnes a la parrilla. En estos establecimientos, a menudo reconocibles por los pinchos giratorios de gyros visibles desde el exterior, puedes disfrutar de la más amplia variedad de carnes preparadas según métodos tradicionales.
El menú típico incluye souvlaki, gyros, kokoretsi, bifteki (albóndigas picantes) y paidakia (chuletas de cordero), todo ello acompañado de patatas fritas, ensalada y tzatziki. En las psistarias más tradicionales, la carne se cocina en parrillas de carbón abiertas, lo que añade un elemento teatral a la experiencia gastronómica.
Estos restaurantes son especialmente populares entre las familias griegas los fines de semana y son una gran opción para quienes quieran probar especialidades de carne a precios generalmente bajos.
Los estiatorios son restaurantes más formales que las tabernas, con menús más estructurados y servicio de mesa. Estos establecimientos ofrecen platos tradicionales griegos en versiones más elaboradas o reinterpretadas con un toque contemporáneo.
En los centros turísticos y las grandes ciudades, los estiatorios suelen ofrecer menús multilingües y personal que habla inglés, lo que los convierte en una opción conveniente para los visitantes que desean una experiencia gastronómica griega en un entorno más sofisticado.
En los últimos años, una nueva generación de chefs griegos ha creado restaurantes que combinan técnicas modernas con ingredientes y recetas tradicionales, elevando la cocina griega a nuevos niveles de sofisticación y manteniendo al mismo tiempo su identidad cultural.
Experimentar plenamente la cocina griega significa comprender sus ritmos, costumbres y tradiciones. He aquí algunos consejos para convertir tu viaje a Grecia en una auténtica aventura culinaria, lejos de las rutas más turísticas.
La mejor forma de descubrir la auténtica cocina griega es observar dónde comen los griegos. Los restaurantes llenos de residentes locales suelen ser una buena señal de calidad y autenticidad. Aléjate de las zonas más turísticas y busca tabernas frecuentadas por familias griegas, sobre todo los domingos a la hora de comer, cuando tradicionalmente se toma la comida más importante de la semana.
En las islas y centros turísticos costeros, busca tabernas regentadas por pescadores, donde el pescado llega fresco cada día y se cocina según recetas locales transmitidas de generación en generación.
En Grecia, las comidas siguen horarios diferentes a los de otros países europeos. El almuerzo suele servirse entre las 14:00 y las 16:00, mientras que la cena rara vez empieza antes de las 21:00, sobre todo en verano.
Adaptarte a estos horarios te permitirá no sólo evitar los restaurantes vacíos (¡una mala señal en Grecia!), sino también experimentar la gastronomía como parte integrante de la cultura local, donde la comida está indisolublemente ligada a la sociabilidad y a compartir.
Grecia, a pesar de su tamaño relativamente pequeño, presume de una extraordinaria diversidad gastronómica regional. Cada isla, montaña o región costera tiene sus propias especialidades, influidas por la geografía, el clima y la historia local.
En Creta, prueba el dakos (pan seco de cebada ablandado con tomate y queso mizithra); en las Cícladas, no te pierdas la fava de Santorini (puré de legumbres amarillas); en Tesalia, disfruta del spetzofai (salchicha con pimientos), y en el Peloponeso, prueba la magiritsa (sopa de entrañas de cordero).
Los panigiri (fiestas patronales) son una oportunidad única para descubrir especialidades gastronómicas que difícilmente encontrarás en los restaurantes. Durante estas celebraciones, que tienen lugar principalmente en verano en pequeñas comunidades rurales e insulares, se preparan platos tradicionales en grandes cantidades, a menudo cocinados en enormes ollas al aire libre.
Especialmente famosos son los panigiri de las islas de Ikaria, Tinos, Lesbos y Creta, donde podrás degustar preparaciones como el kokoretsi, cordero cocinado bajo tierra según antiguas tradiciones, o dulces ceremoniales preparados sólo en ocasiones concretas.

La cocina griega, con sus peculiaridades y tradiciones, puede suscitar muchas preguntas en la mente de los viajeros. Hemos recopilado y respondido las preguntas más frecuentes para ayudarte a navegar mejor por el rico paisaje gastronómico griego.
La cocina griega ofrece numerosas opciones para los vegetarianos. Entre los platos más populares están
Muchos de los mezedes tradicionales son naturalmente vegetarianos, lo que convierte a Grecia en un destino favorable para quienes siguen esta dieta.
Muchos platos tradicionales griegos no contienen gluten por naturaleza, como la musaca (pide confirmación de que la bechamel está preparada sin harina), la ensalada griega, los platos de carne y pescado a la parrilla, y la mayoría de las mezedes de verduras y queso.
Sin embargo, es importante prestar atención al pan que se sirve en la mesa y a los postres, que casi siempre contienen gluten. En general, en los lugares turísticos populares, muchos restaurantes son ahora conscientes de las necesidades dietéticas especiales y pueden ofrecer alternativas sin gluten.
Grecia tiene una tradición vinícola que se remonta a miles de años, con variedades de uva autóctonas que producen vinos únicos. Algunos maridajes recomendados
En las tabernas tradicionales, siempre puedes pedir «krasi varel» (vino de la casa), normalmente servido en jarras y producido localmente.
El auténtico yogur griego es mucho más espeso y cremoso que el yogur ordinario, debido al proceso de desuerado. En Grecia, se come de varias maneras:
Para vivir una experiencia auténtica, busca yogures elaborados con leche de oveja o cabra, que son mucho más ricos y sabrosos que los de vaca.
En Grecia, las comidas son momentos de convivencia y de compartir. Algunas normas de etiqueta a tener en cuenta
Recuerda que los griegos suelen cenar tarde y alargar las comidas, por lo que no hay prisa por recoger la mesa una vez que has terminado de comer.
En Grecia se brinda diciendo«¡Yamas!» (que significa «¡a nuestra salud!») mientras se mantiene el contacto visual con los demás comensales. Se considera importante mirar a los ojos a la persona con la que brindas, de lo contrario, según la superstición local, te arriesgas a siete años de mala suerte romántica.
Con bebidas alcohólicas como el ouzo, el tsipouro o el raki, es tradicional hacer un brindis colectivo inicial antes de beber, a menudo acompañado del deseo «Stin ygeia mas!» (¡a nuestra salud!).
El horario de las comidas en Grecia es mucho más tardío que en muchos países europeos:
Muchos griegos también meriendan (apogeumatino) alrededor de las 18:00-19:00 para salvar el largo intervalo entre la comida y la cena.
En los restaurantes griegos, el servicio suele estar incluido en la cuenta, pero es costumbre dejar una pequeña propina como gesto de agradecimiento. Lo habitual es redondear la cuenta o dejar unas monedas en cafés y bares, mientras que en tabernas y restaurantes puedes dejar en torno al 5-10% del importe total.
En los lugares más turísticos, se espera más la propina que en las zonas menos frecuentadas por visitantes extranjeros. En cualquier caso, nunca es obligatoria, pero siempre se agradece.
Aunque no existe un plato nacional oficialmente designado, la moussaka suele considerarse internacionalmente el símbolo gastronómico de Grecia. Sin embargo, los griegos pueden señalar distintos platos como representativos de su cocina nacional, entre ellos
La cocina griega es demasiado variada y regional para ser representada por un solo plato, lo que refleja la riqueza cultural e histórica del país.