Oia, llamado también Ià, es probablemente el pueblo más hermoso y pintoresco de la isla. Las iglesias de cúpulas resplandecientes y las viviendas troglodíticas que parecen suspendidas en el vacío representando Grecia a la perfección y que ya forman de nuestra imaginación colectiva. Construído en lo alto sobre el borde de la Caldera, tiene pequeños callejones, un panorama espectacular, tiendas muy cuidadas, agradables museos, numerosas galerías de arte y las ruinas de la fortaleza veneciana, dando al pueblo de Oia un carácter único y fascinante.
En la segunda mitad del siglo XIX, Oia era un centro muy rico y en pleno desarrollo y podía comerciar con Rusia, el Levante y Alessandria de Egipto. Un inmenso astillero bajo el acantilado. Los oficiales y los capitanes de marina vivían en bonitas viviendas en la cima del acantilado, mientras los marineros vivían en las viviendas troglodíticas.
Al contrario que Fira, Oia ha intentado e intenta aún hoy en conservar intacto su atractivo, huyendo así del turismo de masa. A pesar de ello, en la calle principal son muchas las tiendas de lujo y las joyerías… y a pesar de ello el atractivo del pasado se percibe en el aire, y además desde Oia se puede disfrutar de una vista absolutamente única sobre la bahía y sobre el volcán.
Hay recorridos prácticamente cada media hora desde las 7 hasta las 24, además de algunos recorridos nocturnos. En temporada baja hay un trayecto cada hora y el último de los cuales sale a las 20.30.
Son una solución óptima que permiten apreciar el paisaje sin cansarse caminando. Pero hay que recordar que la carretera sobre la cresta viniendo desde Fira está llena de curvas y en agosto soplan ráfagas de viento bastante peligrosas. En algunas curvas encontraréis nombres escritos sobre las rocas, como trágico recuerdo….. La carretera baja es más larga, pero más segura.
Se precisan 3 horas para recorrer los casi 10 km que separan Fira de Oia, de un sendero a lo largo del acantilado… El ideal es, obviamente, partir por la mañana temprano o al final del día para evitar el calor intenso; se aconseja llevar agua y sombrero.
Desde Oia se puede disfrutar de la mejor vista sobre la caldera, puesto que la bahía está cerrada por el acantilado. El perfil del cráter se percibe perfectamente desde el agua; viviendas de forma extraña, sugerentes capillas y magníficas casas abandonadas (tras el terremoto del 1956), surcan el macizo en callejones extraños, casi laberínticos…. ¡Este paisaje os convencerá que merece la pena llegar hasta aquí!
Se llega a pie a lo largo de un sendero o en coche desde la carretera. La bonita excursión prevé un vertiginoso descenso y un duro ascenso antes de llegar la minúscula playa de cantos de Ammoudi.
Un poco más allá, se encuentra la playa de Armeni. Llena de escollos, es ideal para tumbarse en el embarcadero y disfrutar de la brisa marina, y además hay que decir que el agua está especialmente limpia y caliente, ideal por ello para darse un buen baño antes de ponerse cómodos en una taberna.
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