Colinas onduladas y desnudas, distanciadas por pequeños y fértiles valles, cubren la pequeña y pintoresca isla de Sérifos, en las Cícladas occidentales, entre las islas de Kithnos y Sifnos. No está excesivamente desarollada turísticamente y por ello es bastante tranquila; Sérifos tiene una costa rocosa que crea una sucesión de calas y playas muy sugerente.
Las rocas particulares que encontraréis durante vuestras vacaciones en Sérifos os harán venir a la mente figuras humanas que recuerdan los mitos de Diana, Perseo y Medusa, como si estos habitantes prehistóricos de la isla hubieran sido transformados en piedra y vivieran aún aquí. Cobijada en la cima de una colina escarpada está Chora o Sérifos, la ciudad principal de la isla a tan sólo 5km del puerto, nacida alrededor de un castillo veneciano y rodeada por molinos de viento. La fortaleza alberga algunas pinturas, libros y manuscritos de especial interés. Cerca de Kondalas se encuentra la famosa Cueva de los Cíclopes.
Pero su mayor atracción son sus magníficas playas: Megalo Livadi, Koutalas, Agios Sostis, Ganema, Psili Amos, Agios loanis y Sikamia son sólo algunas de entre las más hermosas. Su atracción especial, la atmósfera, la armonía del paisaje convierten a la isla en un lugar único, amado sea por los griegos que por turistas de todo el mundo. Tened presente que las playas equipadas turísticamente a lo largo de los 81km de costa son muy pocas, pero son todas ellas de una belleza impresionante.
Para llegar a la isla de Sérifos podéis embarcaros desde el puerto del Pireo y decidir viajar en un ferry, la travesía dura 5 horas, o en catamarán, 2 horas de viaje. Sérifos está bien comunicada con las otras islas del archipiélago de las Cícladas:Folegandros, Ios, Kimolos, Kithnos, Milos, Paros, Santorini, Sifnos, Sikinos, Syros.
Sérifos, la magnífica
Tutelada por la Unión Europea por su extraordinaria naturaleza, hoy en día se conserva de la explotación salvaje limitando la expansión edilicia que estropearía sus magníficas playas y sus escarpadas crestas montañosas color teja.
La isla custodia una docena de pistas espectaculares para los amantes del trekking, una red de senderos y antiguas cañadas que han sido trazadas y señaladas entre el 2007 y el 2009. Un verdadero paraíso para quien ama la naturaleza y los paseos a cielo abierto.
Otro tesoro de la isla son las playas: podéi elegir Agios Sostis, una postal perfecta y encantadora a la que se llega sólo a pie a través de un camino de tierra. Os espera un retazo de película, con una pequeña iglesia blanca con el tejado azul, la playa bordeada por tamariscos y el mar turquesa.
O bien la playa de Psili Ammos, definida por el Sunday Times la más hermosa del Egeo, gracias a sus dunas impalpables en las que crecen los lirios.
Y tras una intensa jornada entre excursiones y baños idílicos podéis descansar en uno de los pocos pero exclusivos hoteles de la isla como el Elies Resorts, un rincón en el que mimarse con sus maravillosas habitaciones en estilo cicládico, introducido en un área de 50 mil metros cuadrados recubiertos de olivos y con una tienda de arte, un balneario, una pista de tenis y una piscina de 65 m de largo.
O bien el Niriedes Hotel, espectáculo de colores mediterráneos, con piscina al aire libre, piscina hidromasaje y una terraza con vistas al mar.
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