En el azul infinito del Mar Jónico sobresalen, engastados como joyas preciosas, con su maravillosa naturaleza, las abundantes aguas, las ciudades excepcionales y los pueblecitos, el clima moderado, las espléndidas playas con golfos bien protegidos y el mar cristalino y las interesantes áreas arqueológicas, las islas Jónicas.
Son las once islas del archipiélago, pequeñas y grandes, esparcidas a lo largo de las costas occidentales de Grecia continental, conocidas con el nombre de Islas Jónicas. Las seis mayores son: Zante, Ítaca, Corfú, Cefalonia, Léucade y Paxos, mientras que las más pequeñas son Antipaxos, Erikousa, Mathraki, Othoni, Meganisi y el grupo de islas desiertas, las Strofadi, al sur de Zante.
En las profundidades milenarias se encuentra el remoto pasado de las Islas Jónicas, conocidas por primera vez con los verso de la Odisea de Homero. En Ítaca vivió y obró el genial Ulises, soberano de la isla, y en el mar Jónico se desarrollaron parte de las peripecias de este héroe: Corfú se identifica con la isla homérica de los Feacios. Además el fácil acceso, las modernas infraestructuras turísticas, los variados actos culturales y folclóricos, la posibilidad de practicar deportes y las oportunidades para divertirse, la atmósfera mundana y sobre todo los habitantes joviales y hospitalarios, completan sus ventajas envidiables.