Ciudad de Corfú
Durante tus vacaciones en Corfú, dedica al menos un día a la capital: la ciudad de Corfú es una ciudad elegante con una gran cantidad de atracciones que no debes perderte.
Corfú es una isla muy grande con una historia muy larga. Estas dos características juntas la convierten en un destino ideal para unas vacaciones completas, junto al mar y más allá.
Cuando ya no aguantes más el calor en la playa, hay muchas cosas que ver y hacer: visitar interesantes museos, descubrir la antigua artesanía de la isla en los pueblos del interior, entrar en contacto con la naturaleza virgen, fotografiar pintorescas iglesitas, dejarte encantar por las influencias venecianas y vienesas. ¿A la hora del atardecer? Es el momento ideal para admirar unas vistas impresionantes capaces de hechizar con su belleza a princesas y emperadores y de calmar sus almas inquietas.
Visitar Corfú fuera de las playas más famosas es una experiencia fascinante, que te presenta a grandes personalidades que hicieron historia en Europa y a humildes aldeanos cuyas rutinas diarias han hecho que las tradiciones de la isla pervivan hasta nuestros días.
Sécate el traje y súbete al coche: ¡las principales atracciones de Corfú te esperan!
La capital de Corfú es una elegante ciudad donde las huellas de la dominación veneciana son muy evidentes. Es una base ideal para alojarse para quienes deseen combinar la vida del mar y la de la ciudad, pero también merece una visita para quienes se alojen en otro lugar.
Repleta de interesantes museos, boutiques y animados lugares donde tomar una copa mientras ves pasar a la gente, la ciudad de Corfú (a veces llamada Corfu Town en inglés, a veces Kerkyra en griego) te mantendrá ocupado al menos medio día, o más.
Las atracciones que no debes perderte son la Iglesia de San Espiridón, fácilmente reconocible por su característica cúpula roja; el Palacio Real, el edificio más grande de Corfú; el característico barrio de Cambiello; la Spianada, la plaza principal dominada por la Fortaleza Vieja.
Según los lugareños, Paleokastritsa es la zona más bella de Corfú, y como sin duda saben algo de belleza paisajística, este tramo de costa del lado oeste de la isla es de visita obligada.
La zona incluye la playa del mismo nombre, que es la principal y la única equipada, y una serie de calas y ensenadas paradisíacas a las que sólo se puede llegar por mar. Gracias al servicio de taxi-barco, ir de una a otra no es tan difícil: ¡merece la pena ver tantas como sea posible!
La atracción más fotografiada de Corfú es el Monasterio de Vlachérna, una pintoresca iglesita blanca del siglo XVIII situada en un islote conectado a tierra firme por una pequeña pasarela. El efecto es el de un edificio suspendido sobre el mar: un encanto, sobre todo al atardecer, cuando el cielo se tiñe de colores evocadores.
El islote está situado en la península de Kanoni, a unos 4 km de Corfú, y se puede llegar a él dando un hermoso paseo desde el centro de la ciudad. Puedes continuar el día con una visita al islote deshabitado y salvaje de Pontikonissi tomando un barco desde el embarcadero de Vlachérna.
Otra maravilla paisajística de Corfú que no debes perderte es el Canal d’Amour , cerca de Sidari (al norte de la isla), una especie de pequeño fiordo creado por rocas de color crema que se adentran en el mar. Una obra maestra de la naturaleza, creada a lo largo de años y años de lentísima erosión por el viento y el mar.
Es un lugar muy pintoresco (¡y muy fotografiado!), pero también es un sitio ideal para unas horas de relax. Al final del fiordo hay una pequeña playa de arena donde puedes tender la toalla y admirar la belleza del lugar.
Si visitas Canal d’Amour en pareja, no dejes de darte un baño: según una creencia local, los amantes que se bañan en estas aguas quedan unidos de por vida.
Ambiente vienés en una de las islas griegas más bellas: el Palacio de Achillion es el palacio donde la inquieta Isabel de Austria, más conocida como la princesa Sissi, vino a alojarse en busca de paz. Es un elegante edificio neoclásico del siglo XIX, lejos del ajetreo de los balnearios, escondido entre silenciosos olivares.
Fue la propia Sissi quien quiso dedicar el palacio al héroe homérico Aquiles, a quien también honra una estatua que lo representa en el fatídico momento en que Paris le atravesó el talón.
No te dejes engañar por el nombre: el Trono del Emperador no es una silla de oro y brocados, sino un mirador en la pequeña aldea de Pelekas desde el que Guillermo II, emperador de Austria, admiraba encantado las puestas de sol de Corfú. Y hace falta mucho para impresionar a un noble acostumbrado al lujo…
Sube los escalones de piedra que llevan a esta terraza panorámica, también conocida como el Observatorio del Káiser, y disfruta de la misma vista encantadora de extensiones de viñedos y olivares, playas de ensueño y pueblos tradicionales.
Después de hacer fotos impresionantes, detente un rato a pasear por las calles de Pelekas, un pintoresco pueblo encaramado en las colinas del centro-oeste de Corfú que durante décadas fue un destino popular entre los hippies de toda Europa.
Si te gustan las vistas hermosas, otra atracción que debes incluir en tu lista de visitas obligadas en Corfú es la fortaleza de Angelokastro, una ciudadela medieval construida en lo alto de una colina a 3 km del pueblo de Lakones. Fue construida en el siglo XIII a instancias de Miguel II de Epiro.
El tramo final del camino para llegar a ella es bastante empinado, pero te verás recompensado con una espléndida vista del mar y de las verdes colinas de los alrededores. Después, vuelve a bajar, date la vuelta y contempla esta fortaleza inexpugnable desde abajo: ¡es una vista realmente impresionante!
Ninguna vacación en Grecia, ya sea en el continente o en las islas, está completa sin una visita a las ruinas antiguas. En Corfú, lo mejor del turismo cultural es el yacimiento arqueológico de Paleópolis, situado en la península de Kanoni.
La visita sigue un recorrido guiado que comienza en los baños romanos e incluye la zona del ágora, el puerto militar de Alcinoo (rey de los feacios), el santuario de Artemisa y una torre de las murallas de la ciudad. El yacimiento arqueológico de Paleópolis puede visitarse de forma independiente, sin necesidad de participar en una visita guiada; hay audioguías disponibles.
Al final de la visita, quienes deseen saber más sobre las excavaciones y los hallazgos pueden visitar el Museo de Mon Repos, a 10 minutos a pie.
El lago Korission ofrece una agradable distracción de las playas y las colinas cubiertas de olivos. El paisaje aquí es bastante diferente: a pesar de su nombre, es una laguna que se extiende a lo largo de un tramo de mar en la parte suroeste de la isla. Caminando por el puente que cruza la laguna, podrás admirar el típico paisaje lagunar y las numerosas aves que la habitan, incluidas algunas especies muy raras.
Visita el lago Korission al atardecer si quieres llenarte de romanticismo o si eres un aficionado a la fotografía de la naturaleza.
Una de las mejores experiencias que se pueden vivir en Corfú es un viaje en barco, pero no desdeñes su equivalente en el interior: un recorrido por los pueblos de la isla. Mientras que la costa está ahora completamente dedicada al turismo, los pueblos alejados del mar han conservado un ambiente más tradicional.
Son los lugares adecuados para descubrir cómo era la vida en Corfú antes de la llegada del turismo, conocer oficios y costumbres centenarios, degustar productos locales genuinos y admirar paisajes vírgenes. Por otra parte, para descubrir las tradiciones marítimas, es necesario visitar los pueblos costeros donde aún no se ha desarrollado una fuerte infraestructura turística.
Entre los pueblos más bonitos de Corfú están: Lefkimi10, un pueblo de pescadores; Strinilas11, un pueblo de montaña en el monte Pantokratoras, el más alto de la isla; Palia Perithia12, un escaso conjunto de casas de piedra rodeadas de un silencio total.
En el siguiente mapa puedes ver la ubicación de los principales lugares de interés de este artículo.
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